Sunday, June 18, 2006

Two ways to speak

From two interviews published in El Nacional today. Two of the rectors from the universities involved in the Electoral Registry audit

The first one is from the Rector of the Romulo Gallegos University, Luis Gallardo, a pro Chavez joint. I just put the first three questions. Observe the phraseology, the choice of words and the art of speaking a lot without saying anything. If the rector of that university talks like that then you know that it is a bullshit university and you would never want to have a degree from it.


¿Es suficiente la auditoría propuesta por el CNE? — Le puedo señalar que se está realizando un trabajo técnico de las universidades, que es un instrumento de alta confiabilidad que sigue los requisitos metodológicos con las técnicas que forman parte de los paradigmas auditores aceptados.

Estamos seguros de que va a dar confianza y a contribuir a la seguridad y la participación absoluta y a plenitud del Registro Electoral para fortalecer la i n s t i t u c i ó n democrática.

¿Considera que sería una prueba de garantía mayor que el CNE aceptara la participación de la UCV, USB y la UCAB? —La auditoría que se está realizando se enmarca en el contexto del convenio debidamente firmado con el CNE, de conformidad con esta propuesta básica científico-técnica que forma parte del mapa universitario y del Instituto de Investigaciones Científicas. Esta propuesta se enmarca en la esfera legalmente constituida entre el convenio firmado que nace de la experiencia científicotécnica conforme con los usos auditores.

Es mediante una metodología modular como se está revisando el padrón de votantes. Es con un examen de la base de depuración, del archivo de evolución histórica y la revisión, a efectos de la actualización, que garantizan plenamente que el RE permita la más amplia participación de la ciudadanía en las elecciones del venidero diciembre.

¿Cree que con esta auditoría del RE se logrará vencer la abstención? —Las universidades son instituciones públicas al servicio del interés nacional, con el inequívoco compromiso de contribuir al esclarecimiento científico-técnico del desarrollo de la nación. Siendo, como en efecto es, la materia electoral expresión del afianzamiento de las instituciones, como universidades públicas participamos en ciclos de discusiones en el campo de técnicas de auditorías.

Evidentemente que tenemos la seguridad institucional de que esa revisión como metodología científica va a contribuir decisivamente a otorgarle el mayor nivel de certeza al RE nacional, por cuanto es el papel que corresponde a la institucionalidad universitaria, tal como establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Forma parte del libre ejercicio democrático el mejoramiento creciente y la contribución a la perfectibilidad de las instituciones democráticas.

The next portion is from the Rector of the Simon Bolivar University, a real one, a serious one, one that does even decent research and more than likely the top scientific institution in Venezuela. Observe that Ben Sharifker, its rector, speaks directly and straight. You understand what he says and its implications. For fairness I only paste the three first questions. It is enough. He does have these great words: "the sampling techniques that the CNE is using today date from the XIX century". Right, shows how primitive chavismo is.

¿Por qué no asistieron a la auditoría? —No, nosotros no nos hemos retirado, seguimos ofreciendo los servicios de las universidades sobre metodologías que brinden confianza al Registro Electoral. Lo que pasa es que los lineamientos que el CNE ha impuesto son muy limitados. No es que sea malo, el trabajo que va a hacer el CNE es muy bueno pero es muy limitado. Se concentra mucho en hacer una auditoría informática de una base de datos. Nosotros queremos ir más allá: queremos establecer la relación que existe entre la base de datos y la realidad.

¿Por qué cree usted que el CNE no quiere atender esas sugerencias? —Quiero aclarar lo siguiente: nosotros no hemos hablado de auditar municipios fronterizos, como se ha dicho por ahí; la metodología no singulariza eso. Eso lo dijeron ellos, debe ser que tienen algún temor al respecto.

Nuestra metodología lo que hace es buscar una muestra óptima para que, con la menor muestra posible, se logre un resultado óptimo.

El Consejo Nacional Electoral, en cambio, prefiere el muestreo aleatorio. Esa es una técnica que está lejos de ser óptima. O el CNE no nos entiende, a lo mejor no hemos sido hábiles en explicar lo que estamos proponiendo, o que tiene otras motivaciones que nosotros no conocemos.

¿Puede el país confiar en la auditoría al RE en esos términos? —Lo que va a hacer el Consejo Nacional Electoral no está mal, sólo que no es suficiente.

Este es un tema político: el CNE no está asumiendo su responsabilidad, porque no está llegando al fondo del problema. Nosotros lo que hemos hecho es ofrecer un servicio: si quieren, ellos podrían llevar adelante una auditoría en términos convincentes, para que todo el país esté tranquilo. En lugar de decir sí o no, lo que hace es convocar a otras universidades, incorporar otras voces y darle vueltas a un tema que está muy claro. Si existen técnicas para que la gente que no confía en el CNE pueda confiar e ir a votar, los caminos están muy claros. Está es una propuesta que no acabamos de inventar, tiene 15 años de existencia y se ha aplicado en otros países con mucho éxito. Es un desarrollo de las matemáticas, un aporte de la estadística.

Si el hecho concreto es que hay gente que no tiene confianza en el Consejo Nacional Electoral y en el RE, no veo por qué no se puede tomar la decisión de usar un método que aclara las cosas. Las técnicas muestrales que aplica el CNE en este momento son del siglo XIX.

Saturday, June 10, 2006

Cada cual a lo suyo

Milagros Socorro, El Nacional, Thursday 8, June 2006

Este lunes 5 de junio se produjo un hecho trascendental para todos los países que vamos siendo. Se trata del comunicado suscrito por los precandidatos presidenciales Julio Borges, Teodoro Petkoff y Manuel Rosales, cuya relevancia radica no sólo en los asuntos allí planteados, que, efectivamente, son cruciales, sino también en lo que no dice, en los penosos tópicos que se abstiene de revisitar y en los bordes de lenguaje –los violentos y descalificativos- hacia los que en ningún momento se escora.
El punto básico del documento es la confirmación de la voluntad de los firmantes de acceder a una candidatura única, plantada en la determinación de afianzar un acuerdo de unidad nacional. Desde luego, es una compactación que dé organicidad a todas las fuerzas opositoras, así como a todos los puntos de vista y a todas las perspectivas de orden político, ideológico, cultural y regional, que tengan como propósito la salida democrática del actual Gobierno y su sustitución por un orden igualmente democrático cuyas tareas más urgentes sean la reducción de la pobreza en los próximos seis años, la promoción de empleos, el combate eficaz contra la inseguridad, la rápida construcción de viviendas, el mejoramiento de la atención médica, así como de la calidad de la educación y el combate contra la corrupción, entre otras.

HACÍA MUCHO TIEMPO QUE NO VEÍAMOS UNA ACEPTACIÓN TAN CABAL DE LA REALIDAD Y DE LAS PROPIAS RESPONSABILIDADES. De la realidad, porque admite la imposibilidad de logros en solitario; porque descarta los gestos de voluntarismo y toda esa retórica de Monte Sacro que tantas veces hemos visto disolverse en fracaso, frustración y retrocesos; y también porque mira de frente las dificultades que, sin duda ninguna, implican las actuales condiciones electorales, e incluso enumera las que resultarían imprescindibles para la próxima elección presidencial, como son, la eliminación de las captahuellas y los cuadernos electrónicos, la apertura de las cajas y el escrutinio de las papeletas de votación, una auditoría profesional y confiable del Registro Electoral Permanente (REP) y su posterior depuración en plazos oportunos, así como su entrega en los términos previstos por las leyes. Punto. No hay insultos para nadie, no hay tono de proclama, no hay repaso histórico de culpabilidades.
Pero tampoco hay vencimiento ante esos escollos ni mucho menos dejarle al contrario, o a las marrullerías que se le atribuyen, la toma de las decisiones y el dibujo del destino del país. El acuerdo es una asunción de responsabilidades. Una aceptación de que cada quien tiene que hacer lo que tiene que hacer, sin esperar a que el adversario le dé permiso o que un día amanezca arrepentido y consienta en aquello que ha venido negando, incluso con expedientes, abusivos y abiertamente ilegales. De Chávez no hay que esperar rectificaciones, eso se sabe; tampoco sensatez ni respeto a la disidencia (que no tiene ni con sus adeptos). Si sabemos que éste es un gobierno autoritario y corrupto, cómo vamos a esperar que ofrezca espacios de convivencia o reglas confiables para un procedimiento que podría suponer su salida del poder y un posterior escrutinio a sus acciones, que conduciría a muchos a la prisión.
A un gobierno así no se le piden concesiones graciosas, es preciso arrastrarlo a la arena de la institucionalidad. Y eso no se logra con desplantes, con rabietas o con caricaturas denigrantes, que si así fuera ya estaríamos aviados. Tampoco se logra con tribus enarbolando garrotes. Un proyecto de las dimensiones de éste que hoy nos emplaza sólo puede acometerse desde un gran movimiento nacional, donde los puntos en común estén por encima -muy por encima- de las divergencias, que resultan nimias ante la monumentalidad de la tarea de desalojar del poder a un individuo que se ha valido de él para coparlo en su totalidad y para disponer de los recursos de la Nación como propios.
Es posible que haya que ser mujer para saber que las libertades y las reivindicaciones se bregan, se arrebatan del potrero donde pastan los inapelables lineamientos de la hegemonía masculina, no se ruegan ni se espera que caigan como mangos en mayo. Si las mujeres se hubieran sentado a esperar que les regalaran el manejo de su patrimonio, así como la entrada a las universidades, a los parlamentos, a los altos puestos de las organizaciones… ahí estaríamos todas, corriendo solícitas al grito de un tipo que gritara “miiija, qué pasa con ese sancocho”, con cinco muchachitos colgados de las faldas y el rancho ardiendo.

EL ACUERDO DE BORGES, PETKOFF Y ROSALES NO SE VA POR LAS PETENERAS DE LOS DESEOS SINO POR LOS BARRANCOS DE LO QUE HAY. Y ante el tremendo panorama ofrece soluciones, que tampoco aspiran a complacer a todo el mundo. En este documento está la expresión de una gente que se propone como líder de un país que chapotea en la tragedia: no se permite injurias pero tampoco zalamerías. El acuerdo de unidad nacional arranca con la aceptación de que la candidatura única debe emanar de un consenso entre los sectores representados pero no da margen a que un debate eterno nos desvíe del propósito fundamental; porque una cosa es que la candidatura única surja de la evaluación de los pareceres de la mayoría y otra es que su existencia dependa de que todos estemos contentísimos con cada aspecto del proyecto que hasta ahora ofrece mayores visos de constituir una esperanza.
Tal como yo lo veo, el comunicado es un paso al frente en el que unos venezolanos se restean para hacer lo que tienen que hacer. No lo que quisieran hacer en un escenario ideal, que por estar tan remoto es que se han visto conminados a actuar, con rapidez, con eficiencia y con las menores heridas posibles.

OTRO ASPECTO QUE APRECIO ESPECIALMENTE ES EL LENGUAJE DEL COMUNICADO. SU CONCISIÓN Y SU ESPÍRITU PRAGMÁTICO. Me encanta, por ejemplo, que no aparezca la palabra patria y se dé un rodeo completo a nociones como “amor a la Patria”, “verdaderos venezolanos”, “hacer vibrar a las masas” o “salvación”. Con frecuencia vemos voceros que para apoyar sus argumentos empiezan por pronunciarse como miembros de los que de verdad quieren a Venezuela. Los hechos nos han demostrado que no hacemos nada con los que de verdad quieren a Venezuela, porque los amores tienen apagones pero los deberes no. Es preferible un funcionario probo, un maestro culto, un médico con más vocación que aparaticos, un plomero que cumpla con la cita pautada y en sus chapuzas no nos deje sin luz ni teléfono, y que no se vean arrebatados por amor a Venezuela, que un amante desaforado cuya principal demostración de su apego sea sugerir que quienes piensan diferente no comparten esa pasión. ¿Habrá que recordar las aberraciones que se han cometido en nombre del amor a Venezuela?
Fausto Masó dice que el principal aporte de Chávez ha sido acabar con la fascinación de los venezolanos por Fidel Castro. Es posible que también se le deba agradecer el abaratamiento de las declaraciones de amor a Venezuela y la valoración –por carencia- de la seriedad, la austeridad, la eficiencia, el compromiso a toda costa con lo que a uno le cuadra y con independencia de lo que hagan los demás.
Con la declaración de junio, Borges, Petkoff y Rosales han hecho lo que tenían que hacer: campaña, ofrecer una alternativa. Y hemos visto la agilidad con que muchos han salido a vilipendiarlos. Bueno, cada quien que haga lo que tiene que hacer. Cada quien que dé lo que tiene que dar.