Tuesday, January 24, 2006

XXI century censorship

Tal Cual edotorial of Tuesday 24, Januray 2006

Censura siglo XXI

Hoy amanecimos con una medida concreta de censura de prensa escrita, radio y televisión.

Un juez, por solicitud de la Fiscalía, ha prohibido la publicación de cualquier información sobre el juicio Anderson y, además, cualquier información sobre la “vida privada” del inefable “testigo estrella”, Geovanny Vásquez De Armas. Al mismo tiempo designó a Conatel como órgano ejecutor de las medidas de censura al ordenarle abrir “procedimientos administrativos” no sólo contra medios radioeléctricos (que son los de su ámbito) sino también contra la prensa escrita (con la cual Conatel no tiene nada que ver).

Sobre el “testigo estrella” el juez prohíbe la “publicación, divulgación o exposición” de informaciones “que hagan referencia al prenombrado testigo”, en particular las atinentes a su “vida privada”. Esto es realmente el colmo. Las informaciones publicadas sobre el señor Vásquez De Armas no se refieren a su “vida privada” sino precisamente a su vida pública. De acuerdo con informaciones provenientes de organismos oficiales colombianos este señor es un delincuente. Aunque este aspecto de su vida pública no lo invalida como testigo, puesto que, en principio, delincuente y todo podría estar diciendo la verdad, sin embargo, las informaciones publicadas se refieren a la peculiar naturaleza de su especialidad delictiva: la suplantación de personalidad y la falsificación de documentos de identidad, lo cual, obviamente, permitiría poner en entredicho sus testimonios. Cuando los medios informan sobre este aspecto de la “vida pública” de la “estrella” no hacen sino suplir la omisión de la Fiscalía, que estaba obligada a proporcionar los datos sobre el sujeto de marras y, en particular, a hacernos saber que no sólo no es médico psiquiatra sino que ha sido detenido varias veces en Colombia por los delitos antes mencionados. Además, como si fuera poco, la semana pasada se publicó información, verificada, que demostraría que el “testigo estrella” no podía haber participado de una reunión en Panamá donde supuestamente los “autores intelectuales” habrían planificado el asesinato de Anderson porque en esa misma fecha se encontraba detenido en Riohacha, Colombia. ¿Debe un medio que posee esta información, del mayor interés para el público, que tiene derecho a estar informado, abstenerse de publicarla porque ello sería, en la singular interpretación de la Fiscalía, “obstrucción de la justicia” ?
A nosotros nos parece que obstrucción de la justicia es precisamente utilizar las que, de acuerdo con los datos provenientes de Colombia, no serían sino mentiras de la “estrella”, para obtener las sentencias judiciales que la Fiscalía quiere.

Isaías Rodríguez se ha salido, por ahora, con la suya. Ha logrado “proteger” con la censura las infinitas chambonadas cometidas por la Fiscalía, incluyendo las de él mismo, en la investigación del asesinato de Anderson. Ha logrado que el juicio se desarrolle, de ahora en adelante, en secreto y que los testimonios de un mentiroso compulsivo no puedan ser cuestionados.

Pero esto va mas allá del caso Anderson.

Esto debe ser enfrentado con toda decisión porque esta peripecia se parece demasiado a un ensayo general de censura sobre la libertad de expresión.

Tuesday, January 10, 2006

CHAVEDUCTO 1

Tal Cual editorial of Tuesday 10, January 2006

Teodoro Petkoff

Son siete años, Hugo Chávez, SIETE AÑOS, durante los cuales las soluciones para el problema del viaducto han estado en manos de este gobierno. Por mucho que patalee, por mucho que apele a las maromas retóricas y a los chistes malos, por mucho que trate de decir que fumea por los lados de los gobiernos anteriores, Yo El Supremo no podrá atenuar su responsabilidad en la cadena de imprevisiones recientes que condujeron al colapso del viaducto número 1. ¿Que hubo imprevisión durante los gobiernos anteriores? Nadie lo duda. ¿Que durante el gobierno de Caldera, una vez que un consorcio mexicano ganó la licitación para los trabajos de la autopista, viaducto incluido, una insólita demanda del consorcio perdedor hizo imposibles los trabajos?

También es cierto. Pero han pasado SIETE AÑOS. Los gobiernos anteriores y sus imprevisiones ya son historia. Durante estos SIETE AÑOS, dos más de los que duraba un período presidencial de antes, ha sido Hugo Chávez quien ha tenido en sus manos TODA la responsabilidad para superar las imprevisiones anteriores, para echar adelante los trabajos de recuperación de la vía al Litoral e impedir el desastre que significa el colapso del viaducto.

En estos SIETE AÑOS hubo tiempo más que suficiente para construir la carretera alterna al viaducto, esa que apenas hace unos poquísimos meses se está abriendo. El punto no es que el viaducto quedó fuera de servicio. Eso se veía venir.

En lo que había que haber trabajado desde mucho antes era en las soluciones alternativas. Lo que los “genios” que nos gobiernan no podrán justificar jamás es por qué tardaron tanto en iniciar la construcción de la ruta alterna, por qué dejaron que el catarro los agarrara sin pañuelo.

Mucho discurso sobre la “refundación de la República”, toneladas de paja sobre el “socialismo del siglo XXI”, pero ¡qué van a refundar la República quienes en SIETE AÑOS no han sido capaces de construir una miserable carreterita de unos pocos kilómetros!

Al Presidente no se le ocurrió otra cosa, para comentar el suceso, que apuntar lo “contentos” que seguramente estarían los opositores al gobierno por el desastre habido. Cada ladrón juzga por su condición, dice el viejo refrán. Seguramente Hugo Chávez estaría brincando en una pata si lo del viaducto le hubiera tocado a otro gobierno. Pero aquí no hay nadie contento. Nadie puede estar contento con las miles de horas perdidas en esas colas interminables. Nadie en Vargas, por muy opositor que sea, puede estar contento con esta nueva tragedia que le ha caído encima a ese estado víctima. Arrechísimo es lo que está todo el mundo. Arrechísimo con un gobierno que nos dejó caer encima esta calamidad sin haber tomado SINO A ULTIMA HORA, CASI SIETE AÑOS DESPUES, las medidas necesarias para hacerle frente. Ese viaducto maltrecho e inservible está todavía allí como mudo pero elocuente emblema de SIETE AÑOS de charlatanería, de arrogancia ignorante, de improvisación, de imprevisión, de despilfarro y de corrupción.