Tuesday, January 10, 2006

CHAVEDUCTO 1

Tal Cual editorial of Tuesday 10, January 2006

Teodoro Petkoff

Son siete años, Hugo Chávez, SIETE AÑOS, durante los cuales las soluciones para el problema del viaducto han estado en manos de este gobierno. Por mucho que patalee, por mucho que apele a las maromas retóricas y a los chistes malos, por mucho que trate de decir que fumea por los lados de los gobiernos anteriores, Yo El Supremo no podrá atenuar su responsabilidad en la cadena de imprevisiones recientes que condujeron al colapso del viaducto número 1. ¿Que hubo imprevisión durante los gobiernos anteriores? Nadie lo duda. ¿Que durante el gobierno de Caldera, una vez que un consorcio mexicano ganó la licitación para los trabajos de la autopista, viaducto incluido, una insólita demanda del consorcio perdedor hizo imposibles los trabajos?

También es cierto. Pero han pasado SIETE AÑOS. Los gobiernos anteriores y sus imprevisiones ya son historia. Durante estos SIETE AÑOS, dos más de los que duraba un período presidencial de antes, ha sido Hugo Chávez quien ha tenido en sus manos TODA la responsabilidad para superar las imprevisiones anteriores, para echar adelante los trabajos de recuperación de la vía al Litoral e impedir el desastre que significa el colapso del viaducto.

En estos SIETE AÑOS hubo tiempo más que suficiente para construir la carretera alterna al viaducto, esa que apenas hace unos poquísimos meses se está abriendo. El punto no es que el viaducto quedó fuera de servicio. Eso se veía venir.

En lo que había que haber trabajado desde mucho antes era en las soluciones alternativas. Lo que los “genios” que nos gobiernan no podrán justificar jamás es por qué tardaron tanto en iniciar la construcción de la ruta alterna, por qué dejaron que el catarro los agarrara sin pañuelo.

Mucho discurso sobre la “refundación de la República”, toneladas de paja sobre el “socialismo del siglo XXI”, pero ¡qué van a refundar la República quienes en SIETE AÑOS no han sido capaces de construir una miserable carreterita de unos pocos kilómetros!

Al Presidente no se le ocurrió otra cosa, para comentar el suceso, que apuntar lo “contentos” que seguramente estarían los opositores al gobierno por el desastre habido. Cada ladrón juzga por su condición, dice el viejo refrán. Seguramente Hugo Chávez estaría brincando en una pata si lo del viaducto le hubiera tocado a otro gobierno. Pero aquí no hay nadie contento. Nadie puede estar contento con las miles de horas perdidas en esas colas interminables. Nadie en Vargas, por muy opositor que sea, puede estar contento con esta nueva tragedia que le ha caído encima a ese estado víctima. Arrechísimo es lo que está todo el mundo. Arrechísimo con un gobierno que nos dejó caer encima esta calamidad sin haber tomado SINO A ULTIMA HORA, CASI SIETE AÑOS DESPUES, las medidas necesarias para hacerle frente. Ese viaducto maltrecho e inservible está todavía allí como mudo pero elocuente emblema de SIETE AÑOS de charlatanería, de arrogancia ignorante, de improvisación, de imprevisión, de despilfarro y de corrupción.