Ahora PDVSA es de Chavez
Esta extraña jugada que sacó a Alí Rodríguez de Pdvsa, llevándolo al ministerio de Relaciones Exteriores, y sustituyéndolo por Rafael Ramírez, quien, además, conserva su cargo en Energía y Minas, ofrece mucha tela que cortar.
El PPT, partido en el cual milita Alí, ha perdido en una semana dos de sus posiciones de poder: la presidencia de Pdvsa -con mucho el cargo más importante del país después de la presidencia de la República- y el ministerio de Salud y Desarrollo Social, de donde fue “renunciado” otro pepetista, el médico Roger Capella. Tal parece que Chávez estaría redimensionando la presencia del PPT en el gobierno, después que los resultados electorales del 31 de octubre mostraron que ese partido ocupa demasiado espacio burocrático para los 170 mil votos que a duras penas obtuvo. Con Educación, Salud, Ambiente, Pdvsa y la embajada en Washington, amén del canal 8, y dos gobernaciones, el PPT lucía con mucho más poder que el MVR. Todo indica que llegó la hora de reajustar el gobierno según una cierta proporcionalidad político-electoral. Un partido tan escuálido no puede pretender abarcar tanto.
Además, su rol protagónico el 13 de abril de 2002, mucho mayor que el del MVR, ya es parte de la historia y por tanto del olvido.
Pero, además, la salida de Alí indica también que perdió la pelea dentro de Pdvsa, así como el enfrentamiento con el ministro que ahora lo reemplaza. La alianza entre el MVR y el sector militar en la empresa terminó por derrotar al PPT, en esa sorda pero nada incruenta lucha entre las distintas facciones que chocan por el poder interno en la gallina de los huevos de oro.
Sin embargo, Alí ha recibido una compensación:
la cancillería, cargo para el cual, por cierto, está mucho mejor dotado que su antecesor, de quien Chávez, obviamente comprobó que no posee los atributos que exige el manejo de la política exterior del país. Pero cargo en el cual casi se puede apostar que Alí durará bastante menos de los dos años y medio que estuvo en Pdvsa.
Lo de Ramírez simultáneamente en Minas y en Pdvsa es un nuevo episodio surrealista en un gobierno que ha sido pródigo en ellos. Tamaña incongruencia sólo se puede explicar por la carencia de un sustituto inmediato para Alí Rodríguez porque de otro modo no se entiende. ¿Es para asegurar mayor control gubernamental sobre Pdvsa? Absurdo.
Pdvsa ha sido literalmente privatizada; es de Chávez, quien la maneja con una discrecionalidad que ningún empresario privado tiene sobre su empresa. A pesar de las inconformidades que Alí dejaba colar con la política petrolera oficial, nada podía hacer para modificarla. Ahora el presidente de la empresa, Rafael Ramírez, le rinde cuentas a la asamblea de accionistas, que está integrada por Rafael Ramírez, ministro de Energía y Minas.
El regulador de la empresa es a su vez el regulado.
Rafael Ramírez se despacha y se da el vuelto. Sin hablar de que los estatutos de Pdvsa (cláusula 19) prohíben explicita y taxativamente la presencia de ministros en la Directiva de la empresa. ¿Pero que es una raya más para el tigre de la “revolución” ?
Más creativo, imposible