Tal Cual editorial, Monday 28 april 2008
By Alejandro Botía
Por donde quiera que se mire la mal llamada "revolución" de Hugo Chávez se observa un monumento a la ineficiencia, rebosante de corruptelas, desgobierno y concusión.
¿Dónde está el parque de La Carlota, o la Universidad de Miraflores? ¿Qué pasó con las 200 fábricas socialistas, las 20 plantas industriales del proyecto iraní, o la ciudad del acero? ¿En que quedó el motor Moral y Luces? ¿Qué fue de las comisiones presidenciales de Alimentación, Empleo Masivo, Seguridad Ciudadana o la Constituyente Económica? Pues nada. Todo se quedó en promesas, en habladera de pistoladas desde Aló Presidente, mientras el saqueo del erario público incrementa cada día un vergonzoso expediente con casos como el del Central Azucarero Ezequiel Zamora (Caeez), Fondafa, Fondur, Mercal y una larga e inagotable lista de etcéteras.
El Gobierno, pretende verle cara de bolsa a los venezolanos y sigue acudiendo a los mismos pretextos bufonescos para justificar su incompetencia: Que si el desabastecimiento es culpa de una conspiración de la oligarquía apátrida. Que si la inseguridad es responsabilidad de los paramilitares colombianos.
Que si las protestas sociales son parte de un nefasto plan del FBI y la CIA para derrocarlo.
Hay un área, sin embargo, en la que el fracaso de Chávez es notorio y en extremo lamentable: el llamado Poder Popular. Ya nadie se acuerda de la Ley de los Consejos Locales de Planificación aprobada en 2002 para incorporar a los ciudadanos en la elaboración, ejecución y fiscalización de los presupuestos municipales.
La iniciativa fue tempranamente abandonada y nunca se aplicó en rigor. Las Salas Técnicas contempladas para asesorar a las comunidades en el diseño de proyectos jamás se crearon y cuando se venció el periodo de los primeros delegados populares no se efectuó ninguna elección.
Hoy por hoy están disueltas.
La estocada final vino en 2006 con la Ley de los Consejos Comunales (CC), que rompió el nexo entre los municipios y las comunidades para hacerlas depender directamente del poder central. Desde su inicio, Miraflores se fijó como meta crear 50 mil CC y el año pasado anunció con bombos y platillos recursos por 3,7 billones de bolívares viejos para financiarlos.
Al cierre de 2007 se había conformado la nada despreciable cantidad de 33.549 CC, pero sólo 9.736 (o sea, menos de 30%) recibieron financiamiento, según cifras oficiales. De los fondos aprobados, apenas Bs. 761 millardos , equivalentes a 20% del total, fueron asignados y el resto (Bs. 2,8 billones) se transfirió a un fideicomiso en el Banco del Tesoro.
Este año el gobierno ha anunciado dos nuevas entregas de recursos por Bs.F.
842 millones (millardos de los viejos) para financiar 4.348 proyectos más. Pero ¿qué harán los 19 mil CC que no han recibido aún plata? En el marco de la Misión 13 de Abril, Chávez pretende ahora escoger 74 municipios y 381 parroquias "en especial estado de crisis" para dirigir la ayuda estatal.
En conclusión, se acabó la cobertura universal y sin condicionamientos políticos para los programas sociales. Lejos de dar solución a las necesidades en las comunidades, el Gobierno ha creado una suerte de mendicidad en las barriadas y una nueva falsa ilusión en los sectores populares, con el agravante de que pretende politizar la asistencia social.