Thursday, June 02, 2005

Ay, María Corina, qué fastidio

Milagros Socorro, El Nacional, Thursday 2, June 2005

Lo peor de todo son las rodillitas. Esas manzanas de mármol (minuciosamente depiladas) asomando de la minifalda, un look entre ejecutivo y sexy, muy al uso entre las jóvenes ambiciosas del momento.

Están las sandalitas, desparpajadas, audaces, veraniegas. Pero lo descorazonador son esas rodillas apretadas para hacer más llevadero el piconcito, esas rodillas ateridas porque a su lado no se encuentra un buen muchacho, un “admirador”, como se decía antes, un amante tierno y caballeroso sino el hombre más poderoso de la Tierra, el más frío cuando toca ordenar un bombardeo, uno de los más sedientos a la hora de los bloody marys... Y allí, a su lado, con cara de colegiala elegida para recitarle un poema al general Perón de visita en el plantel, está María Corina Machado, con una sonrisita forzada porque algo dentro de sí debía estarle advirtiendo que en ese momento cometía el peor error de su vida.

SI LAS FOTOGRAFÍAS DEL PRESIDENTE HUGO CHÁVEZ CON FIDEL CASTRO PRODUCEN ESA TERRIBLE DESAZÓN porque son el emblema del descaro con que el gobierno autoritario de Venezuela procura y paga a precio de oro una intervención extranjera, que, encima, lleva la marca de una dictadura ferozmente represiva, sanguinaria y empobrecedora, esta imagen de la directora de Súmate de manitas con el presidente de Estados Unidos es lo más patético que podíamos imaginar. Lo que se llama la guerra simétrica: el presidente de la República se abraza con Fidel Castro y una parte de la oposición se retrata de manitos agarradas con Bush, el mayor promotor de la guerra que haya conocido la humanidad. Qué triste. Qué gran idiotez.

YO ME IMAGINO QUE ESA INSTANTÁNEA DE MARíA CORINA MACHADO CON GEORGE BUSH LLEGARÁ A VALER MILLONES EN EL MERCADO DE FOTOS RARAS porque no es común que en la actualidad alguien se exponga frente a la cámara en semejante compañía.

Nadie quiere estar en esa situación.

Muy por el contrario. Todos los artistas, todos los escritores, todos los intelectuales de valía, todos los luchadores sociales, toda la gente seria del mundo se ha deslindado de la manera más radical del primer mandatario estadounidense. Todo el mundo sensato, sensible, apegado a la justicia y con algún sentido histórico ha manifestado su repudio a la forma de gobernar de Bush, a su grosera noción imperialista, a su desprecio por la vida humana y por la convivencia de las naciones, por su conservadurismo, su mentalidad ultramontana.

No hay nada en el mundo más rayoso que el presidente Bush. Y esa es la ribera que escoge María Corina Machado para llevar a pastar sus rodillitas. Qué triste. Qué desatino.

¿Y LAS DECLARACIONES? POR QUÉ TIENE QUE IR MARÍA CORINA MACHADO A DECIRLE A BUSH QUE NOSOTROS LOS VENEZOLANOS TENEMOS EL “DESEO DE VIVIR EN LIBERTAD y en democracia”.

¿Por qué tiene que ir a decírselo precisamente al mandamás de la mayor potencia del mundo? ¿Tiene María Corina Machado tan poca fe en los resultados de nuestras luchas democráticas, que tiene que ir a buscar una especie de padre o de réferi que medie para solucionar nuestros problemas? ¿Se les ha ocurrido, a los directivos de Súmate, que así como deploramos la intervención de la dictadura cubana en el territorio y en los asuntos de Venezuela, de la misma manera rechazamos enérgicamente una eventual intervención norteamericana?
¿Se han paseado por esa reflexión? Es bueno que vayan cayendo en cuenta de que la visita de María Corina Machado a George Bush es una afrenta para muchos de nosotros, los que estamos determinados a vivir en nuestro país sin tutores y sin padrinos extranjeros.

Las rodillitas de María Corina Machado refractando la luz del flash, sentada en la butaca tapizada de raso, en la Casa Blanca, me producen una melancolía, cómo diría, espesa. Es algo así como una vaina más, como ese tipo de problema que no te da rabia, ni apremio, sino un inmenso aburrimiento, un fastidio impregnado de vaga irritación.

Y me imagino a los “asesores comunicacionales” del gobierno bolivariano justificando sus mesadas millonarias, reproduciendo la fotico donde María Corina y George se rozan los dedos... me los imagino introduciendo la foto en sobres manila... me los imagino armando cerros de sobres: el montón que va para América Latina, el de Europa, el de Asia, el de Oceanía, el de los círculos bolivarianos de todo el orbe, el de los todos los periódicos importantes del planeta... las rodillitas marfileñas multiplicadas casi a lo infinito. Su dueña es portadora de un mensaje que el gobierno revolucionario de Venezuela esparcirá por todos los confines: ¿vieron? Ahí tienen.

Era verdad. La vestal de Súmate, la defensora de los procesos eleccionarios transparentes, míramela, hombro con hombro con el tipo.

Cabe prever que ya María Corina no será molestada nunca más por la justicia bolivariana. No hará falta. Ella misma encendió la luz que había estado apagada por un siglo en el calabozo de Luisa Cáceres de Arismendi. Ella solita se ha metido, ha ajustado la puerta y ha arrojado la llave. Nadie vendrá a sacarla. Allí escuchará el rumor lejano del mar de la política en cuyas olas sólo se bañan los que tienen sentido de la oportunidad.