Wednesday, May 04, 2005

Caja negra en La Habana

¿Para qué una oficina de Pdvsa en Cuba? En circunstancias “normales” ello no tendría nada de raro.

Pdvsa es una transnacional, con negocios en los cinco continentes y poseer oficinas en distintos sitios es consustancial a la extensión y volumen de sus actividades. Pero instalar una oficina en un país que está a tiro de piedra del nuestro, con el cual los negocios petroleros son una “migajita” argumentando que desde allí “manejaremos nuestros negocios en el Caribe” no es creíble. ¿Acaso Venezuela no es país caribeño también? ¿Acaso las ventas a Jamaica o Dominicana se hacen más fácilmente desde La Habana que desde Caracas?

Como con todas las movidas gubernamentales, ésta tampoco ha sido explicada al país y no hay un Parlamento que indague sobre ella, de modo que no queda sino tratar de atar cabos para ver por donde vienen los tiros. Hace pocas semanas publicamos en TalCual un informe confidencial acerca de las graves irregularidades que se están produciendo en la comercialización de nuestro petróleo.

El informe nos valió una réplica del ingeniero Asdrúbal Chávez, quien ocupa, entre otros cargos de mucho poder, la gerencia de comercialización. La publicamos completa y desde entonces, por cierto, estamos esperando que nos atienda al teléfono para concretar la invitación que nos hiciera, para visitar sus oficinas y conversar sobre el tema. Detalle curioso: el ingeniero Chávez es primo del Presidente y aunque no es un paracaidista en la industria, donde tiene muchos años, no deja de ser capcioso el poder que acumula ahora. Coincidencialmente, su primo es el Presidente del país.

Pues bien, la nuez de las irregularidades denunciadas está en la ahora novedosa presencia de “intermediarios” (traders) en nuestras operaciones de ventas de crudo y derivados. La normativa de Pdvsa, aún vigente, establece taxativamente, que la empresa no hace operaciones a través de traders sino directamente con los clientes finales. (Llamativamente, después de nuestras denuncias, fue retirado de la página web de Pdvsa el reglamento sobre “CÓMO HACER NEGOCIOS CON PDVSA”, donde figuraba la norma de marras). En su respuesta, Asdrúbal Chávez no sólo no desmintió nuestras aseveraciones sino que admitió que “ahora” Pdvsa, en caso que el trader proporcione sus propios clientes, hace negocios con éste. De manera que ahora pulula en torno a Pdvsa un enjambre de traders, que coloca aproximadamente un millón de barriles diarios, con descuentos de 2 a 3 dólares, ¡pensar que uno de los argumentos “nacionalistas” para vender Citgo era el de los descuentos” de la casa matriz hacia su filial en Estados Unidos!

¿Quiénes son esos traders?

¿Cómo llegaron al negocio? ¿Cómo se parte y reparte la cochina? The Miami Herald publicó una lista de ellos y el ministro Ramírez anunció, cuándo no, una demanda a ese diario. Unos ingenieros maracuchos, gerentes de alto vuelo, despedidos hace poco, aseguran que esa “batalla contra la corrupción” con la cual dragonea el Ministro no es sino pura pantalla, para esconder marramucias como las que hoy comentamos.

Dentro de este laberinto por donde transcurren los negocios de Pdvsa, se nos ocurre pensar que una oficina en Cuba no parece una mala guarimba para adelantar estas novedosas operaciones comerciales de la empresa con los tales traders, quienes, a propósito, han hecho fortunas colosales en estos tiempos en que según la filosofía oficial “es malo ser rico”.