Sunday, May 29, 2005

Voluntad de morir
Mario Vargas Llosa
El Pais
El Nacional, Sunday 29, May 2005


Tal vez la historia de ciertos países sería menos esotérica, para no decir indescifrable, si pusiéramos en tela de juicio la creencia, apuntalada y universalizada desde el optimismo filosófico del Siglo de las Luces, según la cual forma parte de la naturaleza de todos los pueblos la vocación de progreso, justicia y libertad. Porque, aunque es indudable que esta predisposición parece existir, en efecto, en las sociedades que han evolucionado desde la escasez hasta la prosperidad y desde el absolutismo hacia la democracia, lo cierto es que hay otras en las que aquel impulso natural colectivo brilla por su ausencia y, en su reemplazo, parece prevalecer una clara preferencia por el estancamiento, la involución histórica y hasta el suicidio económico y social.

Las razones por las que esta naturaleza reaccionaria y antimoderna se enraíza en una sociedad son muy variadas —ideológicas, religiosas, culturales— y, afortunadamente, cambiantes, lo que significa que, en distintas épocas de su desenvolvimiento, un mismo país puede estar en la vanguardia del progreso y en el furgón de cola de la modernidad. Los casos ejemplares de este fenómeno son, en Europa, Francia, y en América Latina, Argentina. Probablemente pocas naciones han hecho avanzar tanto el progreso social, económico y cultural en el mundo como Francia, sin cuyos pensadores, artistas, estadistas, y sin la voluntad transformadora y modernizadora de vastas capas de su población en los siglos XVIII y XIX, el mundo sería infinitamente más pobre y menos libre de lo que es hoy. ¿Por qué se ha extinguido ese espíritu en la sociedad francesa y lo ha reemplazado ese terrible letargo y resistencia a la modernización que está, paso a paso, hundiendo cada día más a Francia en una decadencia que parece irreversible? La Francia de la Enciclopedia y de les philosophes que inventó el universalismo, proclamó los Derechos del Hombre, inauguró la secularización de la cultura, es hoy una sociedad profundamente conservadora y reaccionaria, tratando desesperada y absurdamente de oponerse a la gran revolución de nuestro tiempo que es la globalización y oponiéndole un nacionalismo anacrónico y cerril, del que, aunque utilizando argumentos distintos, se alimentan prácticamente todas las fuerzas políticas, desde el fascista Le Pen hasta la extrema izquierda comunista y trotskista, pasando por gaullistas, republicanos, socialdemócratas y socialistas. El sector moderno y liberal es, políticamente hablando, insignificante y sin posibilidad alguna en lo inmediato de revertir este lento avance de la sociedad francesa hacia el abismo.

Esta involución recuerda la de la Argentina. Ya casi todo el mundo ha olvidado, luego del trágico espectáculo del país en los últimos decenios, que esta nación fue una de las más ricas y progresistas del mundo, una verdadera potencia industrial a principios del siglo XX, con un sistema educativo comparable a los mejores del planeta, que acabó con el analfabetismo antes que tres cuartas partes de Europa lo consiguieran, y que, a mediados del siglo XX, tenía todavía —aunque los desafueros del peronismo ya habían comenzado la tarea de zapa y demolición de su prosperidad— una vasta clase media, emprendedora, culta, y de un altísimo nivel de vida. (¿Alguien recuerda que esa Argentina rica envió harina y carne a la pobrísima España de la posguerra?). En menos de medio siglo, sin que mediara ninguna razón natural, única y exclusivamente por la incompetencia demagógica de su dirigencia política, y la ceguera y sinrazón con que enormes sectores populares apoyaron los desvaríos de aquélla —nacionalizaciones, populismo desenfrenado, intervencionismo estatal en la economía, mercantilismo y corrupción— Argentina ha conseguido la hazaña de regresar al tercermundismo del que fue uno de los primeros países en salir, y debatirse, ahora, en sus inevitables secuelas: pobreza, desempleo, crispación social, marginación, y una astronómica deuda que gravitará mucho tiempo como lastre asfixiante sobre todo plan de reforma y desarrollo. Produce vértigo comprobar que el mayor responsable de esta catástrofe histórica sin parangón, el peronismo, siga gozando en Argentina del favor popular al extremo de haber erradicado a todo otro competidor en la liza electoral en un futuro más o menos próximo. Si esto no es vocación de suicidio, no sé qué es. ¿Y cómo llamar a esa fantástica carrera en la que parece haberse lanzado el pueblo boliviano hacia su ruina y desintegración? En 1985, en su cuarta presidencia, Víctor Paz Estensoro tuvo el coraje de llevar a cabo reformas radicales e inequívocamente modernizadoras, que salvaron a la sociedad boliviana del caos de una hiperinflación astronómica en la que los precios cambiaban tres veces al día y el valor de los salarios se escurría entre los dedos de los trabajadores apenas los cobraban. El gran sacrificio que esto significó, el pueblo boliviano lo soportó con estoicismo, apoyando las medidas modernizadoras: la privatización del sector público, los incentivos a la inversión extranjera, el apoyo a la exportación, y, en suma, la reversión de la tendencia populista, intervencionista y estatizadora, impulsada por el propio Paz Estensoro en los años cincuenta, que hizo de Bolivia uno de los países más pobres e inestables del planeta.

Las reformas dieron resultados apreciables y la economía boliviana comenzó a crecer, a atraer capitales extranjeros, y su vida política a estabilizarse, por primera vez en una historia en la que nunca antes un presidente elegido democráticamente había podido terminar su mandato.

Había elecciones libres y alternancia en el poder. La política económica se mantenía y muchos países latinoamericanos empezaron a mirar con envidia y admiración al país del Altiplano.

Entonces, los dioses, o tal vez el diablo, decidieron premiar la sensatez de los bolivianos haciéndoles descubrir en su subsuelo vastísimos yacimientos de gas y de petróleo. Fue la catástrofe.

La aparición de esa riqueza, que en cualquier sociedad normal sólo hubiera provocado alborozo y alentado la voluntad de progreso nacional, en Bolivia tuvo un efecto cataclísmico: la antigua demagogia populista resucitó, ganó las calles, y, capitaneada por supuestos líderes “indígenas” como Evo Morales (del Movimiento al Socialismo) y Felipe Quispe (Movimiento Indigenista Pachacutik), desencadenó una crisis que ya tumbó al presidente Sánchez de Losada y amenaza ahora con tumbar a quien lo sucedió, el presidente Carlos Mesa, y sumir al país, además de la parálisis económica en que ya se encuentra, en la anarquía, una guerra civil o un golpe de Estado y precipitar acaso el desmembramiento territorial de Santa Cruz, la región más afluente y más moderna de Bolivia. ¿Cómo calificar a todo este proceso si no llamándolo locura colectiva, peste de estupidez?
Es una ingenuidad de europeos amantes del exotismo creerse aquello de que el dirigente de los cocaleros bolivianos y el gran hacedor del desbarajuste en que se halla su país, Evo Morales, es un “indígena” luchando por mejorar la suerte de su comunidad étnica. En verdad, es un criollo lenguaraz, vivo como una ardilla, y que no se propone resucitar el Imperio de los Incas, ni el Tiahuanacu, sino seguir las huellas de sus maestros, amigos y mentores, Fidel Castro y Hugo Chávez (este último es, además, el financista del MAS), capturando el poder absoluto e instalando en Bolivia una dictadura marxista.

No es imposible que lo consiga, por la vía democrática de las urnas. En las últimas elecciones salió segundo, a muy poca distancia del vencedor, y ahora domina las calles, apoyado por sectores campesinos y mineros y por la COB, la Central Obrera Boliviana.

Su popularidad sólo es explicable por aquella pulsión de muerte que, según Freud, se disputa en el légamo de la personalidad humana con la erótica la orientación de la vida y va trazando, desde el inconsciente, el destino del individuo.

Evo Morales ha conseguido paralizar dos intentos de dar una ley de hidrocarburos que permita a Bolivia beneficiarse de los yacimientos de gas y de petróleo y quemar etapas en el desarrollo, creando puestos de trabajo y elevando los niveles de vida de los sectores desfavorecidos. Y ha declarado, sin empacho, que es preferible que estas riquezas permanezcan en el subsuelo en vez de servir para enriquecer a “las compañías capitalistas y al imperialismo”.

O sea, ya sabe el pueblo boliviano lo que le espera si el popular Evo Morales toma el poder.

Ante este riesgo, hay irresponsables que creen que el mal menor es llamar a los cuarteles y entregar el gobierno a un Pinochet.

Es decir, apagar el incendio echando chorros de alcohol y keroseno a las llamas. Si los cuartelazos y los caudillos militares resolvieran los problemas, Bolivia sería Suiza o Suecia, no Bolivia. Porque en sus 200 años de historia republicana ha tenido más golpes de Estado y más dictadores militares que todos los otros países de la tierra. En verdad, a ello se deben en gran medida su postración, sus desigualdades abismales, su atraso.

Una dictadura no es jamás la solución.

Hay que aceptar la democracia con todas sus consecuencias.

Hoy en día, el país más aislado sabe perfectamente, examinando su pasado o el presente de muchos de sus vecinos, lo que significa acabar con el Estado de Derecho, y entregar el poder a un Fidel Castro, a un Fujimori, a un Hugo Chávez, a un Somoza, a un Trujillo, a un Papa Doc. Si, a pesar de ello, teniendo la oportunidad de escoger, elige suicidarse, yo creo que su vocación fanática, masoquista, debe ser respetada.

Que experimente en carne propia las secuelas de su libre decisión. Tal vez así aprenda, reaccione, cambie. Afortunadamente, la historia moderna está llena de ejemplos de sociedades que, rendidas ante la fascinación de un dictador —Hitler, Mussolini, Franco, Salazar, Pinochet—, después de pasar por el horror, han aprovechado la lección y son hoy sociedades donde la democracia parece irreversible. O, tal vez no, y prefiera perseverar en el error. Allá ella.

Sunday, May 22, 2005

PDVSA social expenses

In this article of May 22, 2005, El Nacional looks at the "social" desimbursments of PDVSA; that is, direct payments instead of the normal process through the National Assembly and budget.

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Gasto social de Pdvsa supera los 7 millardos de dólares

En tres asambleas extraordinarias de accionistas, Rafael Ramírez y Alí Rodríguez modificaron la constitución del Fondo para el Desarrollo Económico y Social del País. Según el acta, Fondespa es un fondo rotativo con dos cuentas:
una por 2 millardos de dólares y otra por 2 billones de bolívares. Tiene la aprobación del Banco Central de Venezuela

Mery Mogollón


Hace un año, Rafael Ramírez y Alí Rodríguez Araque se reunieron en la sede de Petróleos de Venezuela para modificar por tercera vez consecutiva la constitución de un fondo especial, mediante el cual el Gobierno nacional tendría acceso ilimitado al excedente de la renta petrolera y sin el control del Banco Central de Venezuela.

A las 10:00 de la mañana del 14 de mayo de 2004, Ramírez y Rodríguez, en su condición de ministro de Energía y Minas (ahora Energía y Petróleo) y presidente de Pdvsa, respectivamente, realizaron una asamblea extraordinaria de accionistas, la cual fue convocada con apenas 24 horas de anticipación, con el fin de considerar y aprobar un punto único, por instrucciones del jefe del Estado.

Según consta en el acta levantada por el secretario de Entes Corporativos, George Kabboul, el punto único se refería a la constitución de un fideicomiso en los siguientes términos:
“a) Con parte de los ingresos extraordinarios por las ventas de exportación de hidrocarburos en dólares, y b) en moneda nacional con los aportes que se realicen a este efecto, todo ello con la finalidad de atender pagos en el exterior y en el país, por la ejecución de programas y proyectos destinados al desarrollo de infraestructura, actividad agrícola y vialidad”.

Una vez que el secretario leyó el punto, Ramírez se refirió a los principios establecidos en la Ley Orgánica de Hidrocarburos “relativos a la vinculación apropiada de los ingresos provenientes de los hidrocarburos con la economía nacional, en función del bienestar del pueblo”.

Como representante del accionista, Ramírez planteó: “Por consiguiente, visto que existen ingresos extraordinarios para Pdvsa y que el directorio del BCV en su reunión Nº 3.614 del 29 de enero de 2004 autorizó a Petróleos de Venezuela, S.A. de conformidad con el artículo 14 del Convenio Cambiario Nº 1 de fecha 5 de febrero de 2003, la constitución de un fondo en dólares, se propone la creación de un fideicomiso con parte de dichos ingresos, una vez deducida la regalía correspondiente, así como los impuestos y otras cantidades que hubiere que cancelar al Fisco Nacional, inclusive las previstas en la Ley de Presupuesto, distintas a las cantidades correspondientes al Fondo para la Estabilización Macroeconómica”.

De esta forma, el fideicomiso fue constituido por Pdvsa, a través de la Corporación Venezolana del Petróleo y se dispuso su depósito en el Banco de Desarrollo Económico y Social (Bandes).

En esa asamblea extraordinaria, Ramírez y Rodríguez le dieron por primera vez un nombre al fideicomiso: Fondo para el Desarrollo Económico y Social del País (Fondespa).

De acuerdo con el acta de la asamblea, Fondespa está conformado por los aportes de la CVP, en dos clases de moneda que deberán mantenerse en cuentas separadas.

La primera por la cantidad de 1 millardo de dólares como aporte inicial, pudiendo ser incrementado por la CVP en aportes sucesivos de 250 millones de dólares hasta alcanzar la cifra máxima de 2 millardos de dólares, “los cuales serán destinados para atender compromisos en moneda extranjera adquiridos por la CVP para la ejecución de programas y proyectos destinados al desarrollo de infraestructura, actividad agrícola y vialidad de conformidad con la autorización emanada del BCV”.

Y se agrega: “Los egresos deducidos del fondo fiduciario en dicha moneda podrán ser repuestos, dentro de los límites señalados”.

La segunda cuenta aprobada por Ramírez y Rodríguez asciende a “la suma de 2 billones de bolívares, mediante aportes parciales, los cuales serán depositados en una cuenta especial del BCV”.

Fondo a la carta


Fondespa originalmente no fue constituido con las características antes señaladas. Unos días después de que el jefe del Estado anunciara la constitución de un nuevo fondo con los ingresos petroleros, Rafael Ramírez y Alí Rodríguez efectuaron el 23 de enero de 2004 una asamblea extraordinaria de Pdvsa para aprobar una primera versión.

Según el acta de esa asamblea, el aporte inicial sería de 1 millardo de dólares hasta alcanzar la cantidad de 2 millardos de dólares.

Este fondo no era rotatorio y no se estableció la cantidad de los aportes sucesivos para completar el monto total.

El 11 de mayo de 2004, Ramírez y Rodríguez se reunieron por segunda vez en Asamblea Extraordinaria de Accionistas para modificar la constitución del fondo y darle un carácter rotatorio.

El texto aprobado fue el siguiente: “El aporte inicial al fideicomiso será de 1.000 millones de dólares hasta alcanzar la cantidad de 2.000 millones de dólares, en el entendido de que los egresos deducidos del fondo deberán ser repuestos continuamente, con el fin de mantener el fondo dentro de los límites señalados”.

Las actas de estas tres asambleas extraordinarias, obtenidas en el desarrollo de esta investigación periodística, son documentos importantes para entender el basamento jurídico que el Gobierno utilizó para la creación de un fondo discrecional, independiente del Presupuesto Nacional y del control del Banco Central de Venezuela.

Recientemente, Domingo Maza Zavala, director del BCV, propuso reemplazar a Fondespa por “un fondo especial de desarrollo, económico y social a la vista de todos”.

En sus declaraciones, Maza Zavala aseguró que lo que viene haciendo Pdvsa hace casi un año “ocurre sin contar con el permiso del BCV, como lo establece la ley”.

Sin embargo, el acta reseñada en los primeros párrafos de este trabajo señala que Pdvsa sí recibió autorización del ente emisor en su reunión Nº 3.614, del 29 de enero de 2004. Frente a esta polémica existen dos posibilidades: Pdvsa miente en el acta o Maza Zavala no fue invitado a esa reunión.

Cifras gigantescas


Con los 2 billones de bolívares y los 2 millardos de dólares en las dos cuentas de Fondespa, el total del gasto de Pdvsa para obras de infraestructura, agricultura y proyectos sociales supera 7 millardos de dólares.

En una presentación realizada en agosto de 2004, en la embajada de Venezuela en Washington, con la asistencia de Rafael Ramírez y Alí Rodríguez, se totalizó la cantidad de recursos financieros que el Gobierno viene tomando directamente de la caja de Pdvsa.

Bajo el título La verdad sobre el gasto social de Pdvsa, se detallan los aportes: 600 millones de dólares para las misiones Ribas, Sucre, Vuelvan Caras y Barrio Adentro; 600 millones de dólares para el Fondo de Desarrollo Agrícola; 500 millones de dólares para el Fondo de Desarrollo de Infraestructur; 2 millardos de dólares para Fondespa; 2,7 millardos de dólares del presupuesto de gasto social de Pdvsa.

En total: 6,4 millardos de dólares.

A esta cifra hay que agregar 2 billones de bolívares de la segunda cuenta de Fondespa.

Ramírez y Rodríguez informaron en Washington que el presupuesto propio de Pdvsa para gasto social se había incrementado de 38 millones de dólares en 1999 a 62 millones de dólares en 2003 y de allí a la cifra de 2,7 millardos de dólares en 2004.


¿Cómo, cuándo y en qué?

Al parecer, no existen informes consolidados ni detallados sobre el destino final de todo este dinero. Ni en Pdvsa ni en el Bandes ni en la Contraloría General de la República. Fuentes de la industria afirman que ello se debe a que no hay un presupuesto ni un plan consolidado de cómo y dónde se va a gastar el dinero. “Se gasta de manera desordenada, de acuerdo con las instrucciones que van llegando”, dijo uno de los auditores que trata de conciliar una gran cantidad de erogaciones, la mayoría sin respaldo técnico ni justificación, de acuerdo a los objetivos de los diferentes fondos.

Por ejemplo, al presupuesto de desarrollo social de Pdvsa, cuyo responsable es el director Dester Rodríguez, se le cargó el 6 de agosto de 2004 la cantidad de 93 millones de dólares como una donación a Mercal, sin especificar en qué se utilizaría. Esta no fue la primera donación recibida por Mercal. Hay otras, entre las cuales destaca una aprobada el 22 de junio de 2004 por 67,2 millardos de bolívares.

También del presupuesto social de la corporación petrolera salieron, el 16 de julio de 2004, 27,7 millardos de bolívares para la dotación tecnológica de la Misión Ribas, que consistió en la adquisición de 9.000 ambientes educativos (computadoras, impresoras, equipos de telecomunicaciones y accesorios), que serían distribuidos en la geografía nacional. Dónde, cuándo, cómo y a quién se compraron tales equipos, es una relación que no ha llegado aún a las manos de los auditores.

Para el pago de becas en el programa Gran Mariscal de Ayacucho se aprobaron 50 millardos de bolívares, el 1º de junio de 2004, mientras que la Fundación Oro Negro para gastos sociales recibió en tres donaciones diferentes más de 90 millardos de bolívares, entre mayo y junio de 2004.

Otra donación que destaca es la otorgada por Pdvsa el 16 de julio del año pasado a la Fundación Frente Bolivariano de Luchadores Sociales, por 30 millardos de bolívares, “con el fin de atender los requerimientos solicitados por el Ministerio de Energía y Minas en apoyo a la Misión Identidad”, según indica la instrucción emanada de la oficina de Dester Rodríguez.

Entre los documentos que tratan de organizar y cuantificar los auditores de Pdvsa, hay donaciones de todo tipo, entre ellas la recibida por la Federación Venezolana de Fútbol, como apoyo a la Vinotinto, por 7 millardos de bolívares, de los cuales 3,6 millardos fueron entregados en 2004 y 3,4 millardos en lo que ha transcurrido de 2005.

Los auditores de Pdvsa que facilitaron el acceso a estos documentos, cuya identidad solicitaron mantener en reserva, indicaron que apenas están comenzando el trabajo de conciliar las cuentas, pero requieren el apoyo de un número mayor de personal calificado y que el Gobierno exija a todos los entes que han recibido dinero de Pdvsa presentar sus balances detallados, con los respectivos respaldos, gestión que hasta ahora no se ha concretado.
First complete review of the "Codigo Chavez"

Eva Golinger Moncada has made a name for herself by investigating supposed illegal money donations from the US to some NGO in Venezuela. The controversy has not stopped her from writing a book, the "Codigo Chavez" [sic] where she supposedly exposes the role of the US in trying to get rid of Chavez. If certainly the US would like very much to see Chavez gone, that does not mean it is doing all what Golinger says it does. In this article, published on May 22 2005, El Nacional makes the first in depth examination of the controversial book and finds a few things that are not documented or that are plainly denied by the people accused. All that glitter does not seem to be gold.

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Opositores mencionados en El código Chávez niegan participación en conspiración de 2002
El libro de Eva Golinger es esgrimido por el Gobierno como la prueba rotunda de que Estados Unidos financió actividades golpistas durante ese año en Venezuela. No obstante, algunos de los directamente aludidos negaron formar parte de la desestabilización o haber recibido recursos de organizaciones gubernamentales del país norteamericano

ELIZABETH NÚÑEZ


Lo que sucedió en Venezuela antes y después de abril de 2002 no fue más que “el experimento del siglo XXI de la Agencia Central de Inteligencia”, concluye Eva Golinger en su libro El código Chávez: descifrando la intervención de Estados Unidos en Venezuela, escrito luego de solicitar la desclasificación de documentos confidenciales de organismos del Gobierno estadounidense.

Amparada en la Ley de Libertad de Información (FOIA por sus siglas en inglés), la autora se dio a la tarea de recopilar memorandos de la Embajada de Estados Unidos en Venezuela, informes de la CIA, cables del Departamento de Estado, documentos y comunicaciones del National Endowment for Democracy (NED), entre otros organismos, para sustentar su teoría: “La participación de Estados Unidos en el golpe de Estado y otros esfuerzos desestabilizadores en Venezuela es una intervención muy compleja y sofisticada, concebida por un gobierno con decenios de experiencia en cambios de regímenes”.

El resultado de la investigación, que comenzó en 2003, fue inicialmente publicado en su página en Internet (www.venezuelafoia.com) y posteriormente en el libro, impreso este año en Cuba por la editorial de Ciencias Sociales y dedicado a la memoria del fiscal Danilo Anderson, asesinado en noviembre de 2004.

El pasado 22 de marzo El código Chávez fue bautizado en el hotel Hilton por el vicepresidente de la República, José Vicente Rangel; el ministro de Comunicación e Información, Andrés Izarra, y el fiscal general de la República, Isaías Rodríguez. Cientos de copias de la obra de Golinger, que según Rangel “arroja un chorro de luz en cada episodio vivido por los venezolanos”, han sido regaladas a los asistentes de varios actos gubernamentales.

Convincente en ocasiones, espejo del consuetudinario discurso de los voceros gubernamentales y en muchas oportunidades signado por la visión política de su autora, El código Chávez en realidad recoge apenas una versión de lo que pasó en el país.

Del bolsillo estadounidense


A través de una narración cronológica, la autora relaciona lo ocurrido en Venezuela y las posiciones políticas de quienes fueron financiados por el National Endowment for Democracy y el USAID con los hallazgos de los documentos para sustentar su argumento. Expone que las subvenciones aportadas por ambas organizaciones, que indica alcanzaron los 27 millones de dólares entre 2000 y 2005, fueron destinadas a partidos de oposición, organizaciones de la sociedad civil, la CTV y Fedecámaras. La autora argumenta que el financiamiento y el contacto entre los grupos, a los que se sumaron los medios y la Iglesia, pavimentaron el camino para las huelgas y protestas que, al fracasar, sólo dejaron abierta la opción del golpe de Estado.

Para Golinger, la información obtenida no sólo confirma que Estados Unidos sabía del golpe y no hizo nada para detenerlo, sino que además la CIA estaba “en contacto estrecho con los conspiradores”.

Una posible explicación: de acuerdo con un ex agente entrevistado por la autora, “75% de los empleados de las oficinas políticas de las embajadas estadounidenses está formado por oficiales de la Agencia”.

El fracaso del golpe de Estado, como apunta, no detuvo los esfuerzos desestabilizadores de Estados Unidos que costeó la propaganda antichavista transmitida por los canales durante el paro de diciembre 2002 y enero 2003 y el “plan consenso país”, además de apoyar la convocatoria a “elecciones anticipadas” a través del referéndum revocatorio, financiando a Súmate para ello.
Figuras clave


Muchos de los señalamientos de Golinger, sin embargo, no son compartidos por quienes fueron directamente aludidos. Entre incontables afirmaciones a lo largo del texto, la autora señala al general de división retirado (Ejército) Raúl Salazar como una de las “figuras clave” implicadas en el plan del golpe desde España, donde se desempeñaba como embajador. Salazar niega su participación y asegura que entre el 9 y el 12 de abril estuvo en Malasia e Indonesia cumpliendo una misión de la Cancillería y que de ello puede dar fe el entonces titular del despacho castrense, José Vicente Rangel.

Al referirse a la cooperación militar entre Venezuela y Estados Unidos, Golinger afirma que Venezuela se preciaba de contar con el mayor porcentaje de oficiales entrenados en academias en Estados Unidos. En este sentido, Salazar –el primer ministro de la Defensa del presidente Chávez– señaló que a las instituciones estadounidenses asisten militares de todo el mundo. Apuntó que de los cuatro componentes de la Fuerza Armada Nacional, alrededor de 130 oficiales, 40 suboficiales y 20 miembros de la tropa profesional reciben cursos en el exterior, no sólo en Estados Unidos.

“A ella le faltó decir que a esos cursos mandan a los que están en las primeras posiciones, los primeros de las promociones, ellos se ganan su beca y son enviados a entrenar”, aseguró el general, quien asistió al Command and General Staff College, en Fort Leavenworth, Kansas City. Indicó que entre los becarios también se encuentra el general Raúl Baduel, actual comandante general del Ejército: “Hay que preguntarle entonces a Baduel si en Fort Benning le enseñaron cómo derrocar y desestabilizar gobiernos. Más bien está muy marcada la subordinación militar al poder civil”.

No obstante, coincidió con la autora, quien señala que todos los oficiales en rebelión habían sido entrenados en academias estadounidenses, y aseveró que aproximadamente 96% de los militares “en desacuerdo” tenían cursos en el exterior “porque ocupaban los primeros lugares”.

A diferencia de Salazar, María Corina Machado, dirigente de Súmate, prefirió rechazar de plano afirmaciones de la autora, según las cuales la asociación civil utilizaba computadoras portátiles sustraídas de Pdvsa durante el paro o que entregaban a los firmantes tarjetas para que consignaran ante sus empleadores o de lo contrario quedarían cesantes. “Si me dedico a negar todas las cosas que dicen de nosotros, pasaríamos todo el día en eso”, afirmó Machado, quien agregó que aún no ha leído el libro.

Lo que sí aseguró Machado es que Súmate nunca recibió dinero del Instituto Demócrata Internacional (NDI por sus siglas en inglés), organismo adscrito al National Endowment for Democracy, que de acuerdo con la autora les donó 769 mil dólares para financiar todo lo relacionado con el referéndum.

En su libro, Golinger relata el episodio del intento de secuestro de la fiscal Luisa Ortega Díaz –encargada del caso contra Súmate– y acota que ocurrió el mismo día que se hicieron públicos los cargos contra la organización. A diferencia de la autora, la fiscal es tajante al afirmar que en su opinión los hechos no guardan ninguna relación: “Yo soy abogado y hasta que no tenga las pruebas en la mano no puedo asumir nada”.

Como miembro del “plan consenso país”, Diego Bautista Urbaneja también negó haber recibido recursos de instituciones estadounidenses y reiteró que el proyecto “no costó ni un centavo”, ni contó con el apoyo de financista extranjero alguno.

De acuerdo con Carlos Ocariz, diputado y dirigente de Primero Justicia, su partido tampoco recibió financiamiento internacional. A lo largo de un capítulo titulado “IRI da origen a Primero Justicia”, la autora argumenta que el Instituto Republicano Internacional moldeó, formó, desarrolló la imagen y el mensaje del partido a través de talleres de entrenamiento. En El código Chávez se afirma además que el IRI canalizó “cientos de miles de dólares” a Primero Justicia provenientes del NED y el USAID y que dinero de esta última, destinado al proyecto Petare, fue empleado por el partido en la comunidad, donde Ocariz “iba de puerta en puerta por los barrios, semanas antes del referéndum, y ofrecía 150 mil bolívares y una bolsa de alimentos para que votaran por el Sí”.

A nombre de la organización, Ocariz aseguró que sólo han intercambiado ideas con partidos de otros países. “Primero Justicia no recibió ningún financiamiento, ni de un partido político ni de empresarios de afuera. Que nos den dinero para hacer campaña nunca ha pasado, es más, creo que esas organizaciones no lo dan”.

Negó además la injerencia del NED o el IRI en la formación de la dirigencia del partido: “Ni creo que es la intención de ellos adoctrinar, ni nosotros somos tan débiles para dejarnos adoctrinar.

Tenemos nuestro propio pensamiento, nuestra forma de ver las cosas, y no necesitamos que nadie venga a decirnos como pensar”.

Asimismo, desmintió los señalamientos de Golinger sobre el proyecto de Petare y afirmó que nunca repartieron dinero ni comida en esa localidad, pues en el partido no creen en esos mecanismos que perpetúan la pobreza. “Creo que es una falta de respeto pensar que porque se lleva plata a un barrio, uno va a tener adeptos. Eso es jugar con la conciencia y la dignidad de quienes viven allá y habla de la inmensa ignorancia que tiene esa señora sobre los barrios de Petare”, indicó.

Por su parte, los funcionarios del programa Venezuela: iniciativa para la construcción de confianza –programa que según la autora fue abierto por la Development Alternatives Inc. bajo contrato con el USAID, y que habría costeado las propagandas de la Coordinadora Democrática durante el paro– dijeron no estar autorizados para hablar con la prensa y negar o confirmar las informaciones.

Lujo de detalles


Más allá de las visiones particulares, algunos de los documentos incluidos en el libro aportan datos reveladores. Un informe desclasificado de la CIA, fechado el 6 de abril, advierte, entre otras cosas, que los militares descontentos planeaban un golpe de Estado con posibilidades de fracasar.

Una vez que el Presidente fue devuelto a Miraflores, la Embajada de Estados Unidos en Caracas recibió guías de prensa emitidas por el Departamento de Estado, que ofrecían a los funcionarios una cartilla de respuestas oficiales “si se les preguntaba” por sus contactos con los protagonistas del golpe de abril.

A pesar de los 16 documentos incluidos en la edición del libro, otros 17 textos citados no fueron anexados. Aunque Golinger indica que se pueden encontrar en Internet, aún no están disponibles en su página web pues está en remodelación.

Asimismo, la autora destaca algunas informaciones sin mencionar fuente alguna, o en casos como el de las donaciones de USAID, no se incluyen los documentos que la originaron. Quizás muchos de los textos omitidos esperan ser publicados en una segunda parte conjuntamente con nuevos datos y posiblemente entre ellos estén los documentos de la CIA referentes a Súmate, cuya desclasificación fue negada por la agencia y a su vez apelada por la autora.


FICHA TÉCNICA
Ley de Libertad de Información
Freedom of Information Act (FOIA)


La ley: la FOIA fue aprobada el 4 de julio de 1966 por el entonces presidente de Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, y estableció el derecho público (no limitado a ciudadanos de ese país) de obtener información de las agencias federales de Gobierno. En 1974, el Congreso estadounidense sancionó el Privacy Act, ley que permite a los ciudadanos solicitar al Poder Ejecutivo todos los registros que mantenga sobre su persona.

Funcionamiento:


para desclasificar documentos las personas deben elaborar solicitudes que serán respondidas en un lapso de 20 días hábiles. De ser negada la petición se podrá apelar, recurso que además debe ser respondido en 10 días hábiles. El solicitante deberá correr con un gasto mínimo para cubrir los costos generados por la búsqueda y procesamiento de la información. Si la petición es negada injustamente, los ciudadanos podrán llevar su querella a una corte de distrito, que de fallar a favor del solicitante, podrá disponer que el Estado corra con los gastos del litigio.

Excepciones:


ambos instrumentos legales tienen excepciones a la hora de desclasificar información.

En el caso de la FOIA, se establecen nueve excepciones en casos que involucren intereses de defensa nacional o política exterior, secretos comerciales, comunicaciones internas privadas, registros relacionados con la administración de justicia y aquellos documentos que, de conocerse, vulneren la privacidad de las personas, entre otros. Con estas limitaciones, algunos documentos pueden ser desclasificados parcialmente.

En Venezuela:


aunque el vicepresidente José Vicente Rangel ha manifestado su deseo de que Venezuela cuente con una ley de libertad de la información, en el país este derecho se limita a los principios consagrados en la Constitución de 1999. El artículo 51 consagra el derecho de todo ciudadano de dirigir peticiones a las autoridades públicas sobre asuntos que sean de su competencia y a obtener una respuesta. Mientras tanto, el artículo 28 establece el derecho de hábeas data, equivalente a lo consagrado por el Privacy Act estadounidense.

Dato curioso:


más de 4.000 reportajes fueron publicados durante el año 2003 en Estados Unidos con información obtenida a través de la FOIA.

Fuentes:


Freedom of Information Act Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999 Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington (http://www.gwu.edu/~nsarchiv/inde x.html)

Descifrando a Eva Golinger

Mucho se ha dicho sobre la abogada venezolano–estadounidense Eva Golinger y su vínculo con el gobierno de Hugo Chávez. En los reconocimientos de su libro –donde además afirma que al escribirlo fue amenazada de muerte– Golinger responde al ex asistente del secretario de Estado para América Latina Otto Reich, quien la señaló como “una agente del gobierno de Chávez”, y sostiene que pagó la investigación de su propio bolsillo, y que de ser agente de alguien es del pueblo, “que lucha denodadamente por alcanzar un mundo más armonioso y justo”.

La abogada de 32 años de edad, que cursó Artes Liberales en el Sarah Lawrence College, en las afueras de Nueva York (1994) y posteriormente obtuvo su licenciatura en Derecho en la Universidad de Nueva York afirmó en una entrevista que por curiosidad asistió a una manifestación frente al consulado de Venezuela en Nueva York durante los días del paro, entre diciembre de 2002 y febrero de 2003, y que fue así como empezó su interés por el proceso bolivariano.

Posteriormente, luego de asistir al Primer Encuentro Bolivariano de Solidaridad con la Revolución, fue contactada por el ahora ministro de Comunicación e Información, Andrés Izarra, para que prestara asesoría legal en la Oficina de Información de Venezuela en Washington, despacho encargado de “educar al público acerca de la Venezuela contemporánea” –como se indica en su página en Internet– o, como han criticado sus detractores, de contrarrestar los comentarios negativos acerca de la revolución bolivariana en el exterior.

Además de apoyar abiertamente el proyecto político del presidente Chávez, de quien dice que es un “brillante líder” en su libro, Golinger ha ejercido como abogada de inmigración en Estados Unidos. De madre venezolana, nació en una base militar en Virginia, Estados Unidos y vino por primera vez al país en 1993, a la búsqueda de su familia, oriunda de Mérida.

Wednesday, May 18, 2005

Forbidden to talk about PDVSA

Teodoro Petkof, Tal Cual editorial of Tuesday 17, May 2005


PROHIBIDO hablar de Pdvsa


El Presidente volvió el domingo, a propósito de las observaciones críticas que se hacen al desempeño de Pdvsa, con el disco rayado de la “conspiración mediática”, del “golpismo” promovido por los “lacayos del imperialismo”. ¿No sería más cómodo que el gobierno se quite la careta y establezca censura sobre toda información u opinión en relación con la cuestión petrolera? Lo que está haciendo, al descalificar de esa forma el debate crítico sobre Pdvsa es chantajear la opinión no complaciente, tratar de inhibirla o coartarla, en un tema que ha sido el propio gobierno y sus alabarderos quienes lo han colocado en el centro del debate nacional y al cual, por lo demás, no puede ser ajeno ningún venezolano preocupado por la suerte de su país.

Se puede entender, en el caso del gobierno, que el picado de culebra se asuste de un bejuco, pero
¿quién reveló que hay dificultades de producción en Occidente y que extraemos cien mil barriles menos de lo que debiéramos?
Hugo Chávez.
¿Quién habló de que se había descubierto un foco de corrupción, también en Occidente? Rafael Ramírez.
¿Quién ha denunciado tracalerías con la contratación de personal?
Sindicalistas chavistas.
¿Quién ha reconocido que ahora Pdvsa opera a través de traders, contrariando su propia normativa sobre comercialización y favoreciendo con ello fantásticas corruptelas?
Asdrúbal Chávez, gerente de comercialización de Pdvsa.
¿Quién investiga a Citgo?
Una comisión de la Asamblea Nacional en manos del MVR.
¿Quién apunta a cada rato que las cifras de Pdvsa no cuadran con las del Banco Central?
Maza Zavala.
¿Quién ha dicho que Pdvsa es un “dolor de cabeza” ?
El contralor Russián, en uno de los raros momentos en que salió del letargo.

¿Entonces? Lo que sí es cierto es que otros, con todo derecho, porque “Pdvsa es de todos”, y a todos nos interesa, hemos investigado y ahondado en los avatares de Pdvsa, no pocas veces partiendo precisamente de datos provenientes del oficialismo.

Si el gobierno no quiere que pescadores en río revuelto se aprovechen del inocultable desastre de Pdvsa –lo cual, sin duda, siempre es posible, no lo vamos a negar– maneje bien a la gran empresa.

Comience por reconocer que la hecatombe post paro ha tenido resultados catastróficos en la eficiencia de la empresa. Sin duda que el paro dañó seriamente a Pdvsa, pero peor que el paro fue el despido posterior de la mitad del personal de la empresa. El gobierno tenía todo el derecho a tomar medidas contra los dirigentes del paro. Esa es una regla de juego obvia, que acepta todo el que se acerca a la candela. Pero, ¿qué sentido tenía despedir 20 mil trabajadores, por mucho que hubieran participado en el paro, a sabiendas de que eso desmantelaría departamentos enteros de su administración? Hoy se están pagando las consecuencias de tamaña sangría.

Las cuentas no cuadran porque no hay quien las sepa sacar. La producción se cae en Occidente porque ya no está la gente que sabe operar los pozos más viejos.

Florecen las corruptelas porque para sustituir a los que salieron fue contratada no sólo gente sin experiencia petrolera sino maleada por años y años de prácticas corruptas en otros ámbitos de la administración pública y para la cual Pdvsa ha sido un botín. Para colmo, el ministro que debe controlarla, es a su vez presidente de la empresa. Paga y se da el vuelto. ¡Qué manguangua!

En lugar de andar buscando agentes de la CIA hasta debajo de las piedras, Chávez debería hacer una revisión autocrítica de su propio desempeño como jefe de la administración pública. Nadie puede utilizar en su descargo sus propios errores, pero tampoco puede fabricar chivos expiatorios.

Saturday, May 14, 2005

La tasconería generalizada

Article published in El Nacional, Thursday May 12, 2005, by Milagros Socorro


La tribulación de Luis Tascón no puede sino mover a la piedad a quien lo ve corriendo de un lado a otro para atraer un poco de conmiseración que lo alivie de una certeza: ya no es nada. Al ser arrojado de la organización que le permitió la ilusión de creerse alguien y parte de algo, se quedará solo, con sus capacidades, con sus talentos, con las pericias que ha desarrollado en su vida, es decir, quedará sin nada. Totalmente inerme, suplicando a sus ex aliados un poco de atención, un poco de condescendencia, algún negocito que le permita un buen pasar. Es improbable que algo de eso ocurra. Tascón no es nadie.

Nunca fue nadie. Ahora ha regresado a la nada de donde partió. Y no estará solo en su destino. Como han observado algunos analistas, todo parece indicar que se ha puesto la primera piedra para la autopista de los execrados y cabe prever que muy pronto esa vía estará congestionada de “revolucionarios” caídos en desgracia. Veremos enmudecer a los gritones y regresar a los necios convertidos en embajadores por el birlibirloque de la revolución más desalentada de la que se tenga noticia.

Veremos rodar a funcionarios hinchados de un poder que sólo han usado para el fracaso y para su enriquecimiento, claro está. Y veremos cómo son sustituidos por otros, igualmente improvisados, igualmente voraces, igualmente cegados por la ignorancia, la rapacidad, la altanería y la crueldad (que han sido las marcas más visibles del desempeño de los “revolucionarios” en el poder).

NO HABRÁ MIRAMIENTOS PARA LOS CAÍDOS. NO HAY TIEMPO PARA DETENERSE EN SUS PATÉTICOS ALEGATOS. EL TRAPICHE SE HA PUESTO EN MARCHA y necesita para su funcionamiento un combustible que encontrará en abundancia:
la sangre de los incómodos, los que hasta ayer fueron útiles, los que ya pisaron su fecha de vencimiento, los que no son nada.

Pero el desbarranco de Tascón no sorprende a nadie. Varios lo advirtieron en la prensa: Chávez no mandó a enterrar la lista de Tascón sino al propio Tascón. Manuel Felipe Sierra evocó a propósito de la defenestración del tachirense el procedimiento del condón (se usa y se bota) que el jefe de Estado reconoció acatar como conducta inveterada.

Pero no hay que distraerse de lo esencial. Desde luego, el espectáculo del autor de la perversa lista que destrozó la vida de tanta gente, acabado y jeremiqueante, aferrado a los pantalones de William Lara, que apela a una justicia que le negó a millones, puede resultar gratificante para un país sometido a la doblegación diaria.

Incluso puede tener cierta comicidad esa escena del poderoso de ayer reducido en apenas unos días a una sombra que se escurre por la trastienda para eludir la rueda de prensa que le ordenaron suspender... han sido demasiadas las humillaciones, permítasenos esta sonrisita que se niega a disiparse del rostro tantas veces abrumado por la desazón.

PERO, INSISTO, EL SHOW DE TASCÓN DESNUDADO EN SU ESENCIA DE POBRE MUCHACHITO DEL PÁRAMO NO DEBE DISTRAERNOS DE SU ESPALUZNANTE CORRELATO. Lo verdaderamente terrible es que, lo que Chávez le ha hecho a su lacayo ahora cesanteado, es exactamente lo que le hace al país.

Venezuela le es útil a Chávez en su proyecto de liderazgo internacional, así como la lista de Tascón sirvió a unos propósitos en su momento.

Toda Venezuela es Tascón, todos los recursos de Venezuela son Tascón, el petróleo de Venezuela es la quintaesencia de lo tascón. La tradición democrática de Venezuela, ahora en tan grave amenaza, es Tascón para Chávez: un instrumento útil para legitimar sus acciones, que, paradójicamente, deben culminar con la destrucción de esa democracia.

Basta asomar la nariz fuera de las fronteras de Venezuela para darse cuenta de que ésta es para Chávez lo que la gran finca familiar es para la segunda generación de propietarios, la que no se ha bregado su prosperidad, que percibe el hato como un lugar insidioso, conflictivo y hediondo a bosta de vaca, pero del que emanan, faltaba más, los millones necesarios para comprarse apartamentos en las más bellas avenidas del mundo o para pasarse las tardes al calor de la chimenea en los albergues de esquí.

Con los dineros del hato nacional, Chávez ha procedido como la heredera malcriada que todos los días regresa con bolsas donde se leen los nombres de los diseñadores más chic, y que da propinas espléndidas a sus manicuristas. En un contexto de crisis de las empresas periodísticas en Francia, para poner un ejemplo, Le Monde Diplomatique acaba de adquirir un edificio para convertirlo en su sede. Mientras tanto, buena parte de las empresas periodísticas francesas hacen malabares para no proceder al cierre, venden acciones o pactan fusiones y, desde luego, despiden a trabajadores por decenas. Ah, pero Le Monde Diplomatique ha convocado un concurso para elegir un arquitecto que remodele su edificio recién comprado. Pero, ¿cómo? ¡Un semanario que nunca ha dado precisamente ganancias, ahora estrenará suntuosa sede! ¿Quién paga ese edificio y todos esos lujos? Todo París lo da por hecho: lo ha pagado Venezuela.

¿EVIDENCIA ESTO ALGÚN MÍNIMO RESPETO O, INCLUSO, SOLIDARIDAD POR UN PAÍS INMERSO EN UNA DOLOROSA SITUACIÓN DE DIFICULTAD ECONÓMICA PARA LAS MAYORÍAS?
Desde luego que no. Evidencia que Venezuela es saqueada criminalmente para pagar favores, para financiar campañas de propaganda en el extranjero, para empedrar el camino hacia la preponderancia internacional de Chávez.

Los recursos de la república están a disposición de una sola persona, que los gasta a espuertas con el objeto de financiar su delirante obsesión personal. Y para ello cuenta con muchos Tascón. Todos los que acolitan esa estafa monumental son espejos del vergonzante Tascón, ahora de teléfono apagado para que no lo alcance el ensordecedor zumbido del silencio porque no ha de llegarle la llamada del perdón y la reivindicación.

Las enormes sumas del soborno no se han distribuido solamente en el extranjero, por supuesto. Son muchos los millones depositados en las cuentas de venezolanos que han puesto sus conciencias en la plaza del mercado para esperar un buen postor.

Los tascones que permiten la carrera demencial de Chávez, que le sirven de operadores, que le hacen la tarea y sacan por la mañana las bacinillas debajo de la cama no están allí por ideología ni atraídos hasta la entrega amorosa por el carisma de su líder.

Ese tasconaje está ahí porque sus servicios han sido pagados con oro.

Todo es tan bajo, tan retorcido, tan perverso, tan tascón, que no puede terminar de otra manera.

Sólo nos queda esperar que un país convertido en herramienta útil de un autócrata despilfarrador, no termine castigado por ese triste papel como le ha ocurrido a la horrible metáfora de nuestra decadencia, el pobre Tascón.

Eso no ocurrirá si aún queda alguna justicia en el mundo. Venezuela no merece sino un viraje de la actual tiniebla porque aunque efectivamente se ha desatado en su seno la tasconería, también es cierto que se cuentan por millones –Tascón, de hecho, hizo la cuenta con la ayuda de Jorge Rodríguez, y perdonen la redundancia– los venezolanos que están plantados en la defensa de la democracia y la decencia. Y lo hacen porque quieren. A ellos no les pagaron.

En esa entereza es preciso persistir.

Todos terminan cosechando lo que han labrado.

Friday, May 06, 2005

El voto naufragó en las costas de Cuba

Milagros Socorro
El Nacional, Thursday May 5, 2005

El reciente desembarco de los millardos venezolanos en Cuba es un hecho de una gravedad que supera cualquier escandaloso antecedente.

Perder de vista la gran amenaza que supone la instalación de una oficina de Pdvsa en un país –no cualquier país extranjero– que es el enclave de una prolongada, cruenta y terriblemente empobrecedora dictadura, es un error que no pueden permitirse los demócratas venezolanos.

Teodoro Petkoff reduce el asunto a poner en entredicho la pertinencia de una oficina “caribeña” en Cuba porque nosotros no estamos en el polo norte. Es cierto, el despropósito no puede sino mover a la incredulidad y la sospecha. Y se concentra el editorialista en las denuncias con respecto al “enjambre de traders” que entrepitearán en los negocios de Pdvsa (contra la normativa imperante, que establece que la empresa estatal hará sus operaciones directamente con los clientes finales).

TODO ESO, CON SER MUY GRAVE, NO ES, A MI HUMILDE JUICIO, LA CLAVE DEL ASUNTO. Lo que debemos tener claro aquí es que la inversión –¿o debemos decir “gasto” ?– que Venezuela está haciendo en el campo de concentración insular de Fidel Castro no responde a ningún análisis realizado por expertos venezolanos.

No es la conclusión a la que llegó un equipo multidisciplinario que evaluó las necesidades de nuestro país y calculó cuáles son las iniciativas que convendrán al futuro de la nación, de los jóvenes que muy pronto se sumarán al mercado laboral y de los que no han logrado entrar en él por falta de plazas y de inversión local. La apertura de Pdvsa Cuba no es la consecuencia de ninguna meditación racional, de ninguna planificación apegada a los intereses de Venezuela. Pdvsa está en Cuba por el capricho de un hombre, al que no se le acreditan pericias ni introspecciones sensatas, que se llama Hugo Chávez. Y si a este hombre se le hubiera antojado llenar de areperas el Medio Oriente o fundar una academia de cuatro en cada pueblo de China, también lo hubiera hecho porque no hay una institucionalidad en Venezuela que regule las iniciativas del Presidente –a esta hora convertido abiertamente en monarca–, para poner freno a las que conspiran contra el bien de la República.

EL DINERAL QUE SE HA PUESTO EN LAS MANOS DE FIDEL CASTRO, EL ESPECTÁCULO QUE DIO EL PRESIDENTE CHÁVEZ EN LA HABANA LA SEMANA PASADA, HAN TERMINADO DE DESACTIVAR COMPLETAMENTE CUALQUIER ADEMÁN DEMOCRÁTICO EN VENEZUELA.

Después de esto, las elecciones, el voto, la Asamblea Nacional, el gabinete ministerial, todo ha quedado vaciado de contenido. No significan nada. Un hombre que prescinde en forma tan grosera y rampante de la opinión, la voluntad, el deseo del país para ir a malbaratar los recursos de la República en la dictadura más antigua de la tierra no está considerando ni por un instante los procederes democráticos o el valor del voto; no, por cierto, como instrumento de su posible sustitución en el poder sino únicamente en lo que el voto puede tener de parodia, de parapeto de convalidación de sus desmanes.

Cuando Hugo Chávez vociferó en Cuba que Venezuela se encuentra en la transición hacia el socialismo, terminó de disiparnos la ilusión de que el voto tiene aún algún sentido. Los países democráticos pueden tener un gobierno socialista pero ningún país socialista puede tener un gobierno democrático.

Es bueno tener esto muy presente. Y comprender que la salida de Venezuela ya no puede ser electoral. Un rey no se destrona con colas en las puertas de los centros electorales. Se ha llegado demasiado lejos en la permisividad con el autócrata y ha cobrado tal incandescencia la órbita desbocada de sus abusos, que el fin de su trayectoria no podrá estar punteado por los votos. La tragedia de Venezuela tiene un único, solitario, delirante, autor y protagonista. Nada cambiará si se alternan en sus cargos de mentiritas las autoridades que hacen comparsa.

Estamos viviendo una tragedia... y el desenlace de las tragedias es siempre terrible. E inevitable.

Wednesday, May 04, 2005

Caja negra en La Habana

¿Para qué una oficina de Pdvsa en Cuba? En circunstancias “normales” ello no tendría nada de raro.

Pdvsa es una transnacional, con negocios en los cinco continentes y poseer oficinas en distintos sitios es consustancial a la extensión y volumen de sus actividades. Pero instalar una oficina en un país que está a tiro de piedra del nuestro, con el cual los negocios petroleros son una “migajita” argumentando que desde allí “manejaremos nuestros negocios en el Caribe” no es creíble. ¿Acaso Venezuela no es país caribeño también? ¿Acaso las ventas a Jamaica o Dominicana se hacen más fácilmente desde La Habana que desde Caracas?

Como con todas las movidas gubernamentales, ésta tampoco ha sido explicada al país y no hay un Parlamento que indague sobre ella, de modo que no queda sino tratar de atar cabos para ver por donde vienen los tiros. Hace pocas semanas publicamos en TalCual un informe confidencial acerca de las graves irregularidades que se están produciendo en la comercialización de nuestro petróleo.

El informe nos valió una réplica del ingeniero Asdrúbal Chávez, quien ocupa, entre otros cargos de mucho poder, la gerencia de comercialización. La publicamos completa y desde entonces, por cierto, estamos esperando que nos atienda al teléfono para concretar la invitación que nos hiciera, para visitar sus oficinas y conversar sobre el tema. Detalle curioso: el ingeniero Chávez es primo del Presidente y aunque no es un paracaidista en la industria, donde tiene muchos años, no deja de ser capcioso el poder que acumula ahora. Coincidencialmente, su primo es el Presidente del país.

Pues bien, la nuez de las irregularidades denunciadas está en la ahora novedosa presencia de “intermediarios” (traders) en nuestras operaciones de ventas de crudo y derivados. La normativa de Pdvsa, aún vigente, establece taxativamente, que la empresa no hace operaciones a través de traders sino directamente con los clientes finales. (Llamativamente, después de nuestras denuncias, fue retirado de la página web de Pdvsa el reglamento sobre “CÓMO HACER NEGOCIOS CON PDVSA”, donde figuraba la norma de marras). En su respuesta, Asdrúbal Chávez no sólo no desmintió nuestras aseveraciones sino que admitió que “ahora” Pdvsa, en caso que el trader proporcione sus propios clientes, hace negocios con éste. De manera que ahora pulula en torno a Pdvsa un enjambre de traders, que coloca aproximadamente un millón de barriles diarios, con descuentos de 2 a 3 dólares, ¡pensar que uno de los argumentos “nacionalistas” para vender Citgo era el de los descuentos” de la casa matriz hacia su filial en Estados Unidos!

¿Quiénes son esos traders?

¿Cómo llegaron al negocio? ¿Cómo se parte y reparte la cochina? The Miami Herald publicó una lista de ellos y el ministro Ramírez anunció, cuándo no, una demanda a ese diario. Unos ingenieros maracuchos, gerentes de alto vuelo, despedidos hace poco, aseguran que esa “batalla contra la corrupción” con la cual dragonea el Ministro no es sino pura pantalla, para esconder marramucias como las que hoy comentamos.

Dentro de este laberinto por donde transcurren los negocios de Pdvsa, se nos ocurre pensar que una oficina en Cuba no parece una mala guarimba para adelantar estas novedosas operaciones comerciales de la empresa con los tales traders, quienes, a propósito, han hecho fortunas colosales en estos tiempos en que según la filosofía oficial “es malo ser rico”.