Two editorials of Teodoro PEtkoff on Vargas II
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DESASTRE anunciado
Teodoro Petkoff - Tal Cual
Ala hora en que se escribe este editorial de hoy (7:00 am) la población de Naiguatá está totalmente aislada por las aguas del río que la bordea por el oeste, mientras continúa lloviendo torrencialmente. Bastantes pobladores se han desplazado hacia la parte alta del pueblo. En todo el Litoral las quebradas que caen del Avila se desbordaron. Afortunadamente no parece haber víctimas que lamentar, aunque hay considerables daños materiales. Desde luego que lo ocurrido hasta ahora ni remotamente se parece al deslave de 1999, pero sólo por una razón: no ha llovido sobre el Avila durante los quince días previos.
Aun así, la ocasión es propicia para replantear el debate sobre las obras que se realizaron en las quebradas para, supuestamente, impedir justo lo que acaba de ocurrir: que una lluvia prolongada produjera su desbordamiento, con la consecuencial amenaza a vidas y bienes. Es obvio que estos la recuperación del estado Vargas, porque habrían de ser ellos los que protegerían, en el futuro, todo cuanto allí está emplazado.
Pues bien, tal como se cansó de señalarlo el ingeniero Carlos Genatios, primer titular de la Autoridad Unica de Vargas, posteriormente sustituido por razones no explicadas, las soluciones que se adoptaron para las quebradas de Vargas fueron conceptualmente equivocadas, desoyendo a ese respecto lo que planteó el equipo multidisciplinario creado para las labores de reconstrucción de Vargas.
“Insistimos también –escribió Genatios el 8 de abril de 2004, en TalCual– en la inseguridad de obras realizadas por Corpovargas en 2003 para el control de torrentes, especialmente las represas de gaviones.
Se construyeron así futuros desastres”.
Anteriormente, el 26 de febrero del mismo año (TalCual) Genatios apuntó que en los torrentes de Vargas se habían cambiado obras de concreto armado por gaviones, sin tomar en cuenta cuenta que “el barro movió enormes piedras al hacerlas flotar en diciembre de 1999 y por lo tanto podrá hacer flotar gaviones, simples cestas metálicas con piedras”. El 23 de diciembre de 2003 (TalCual), Genatios había advertido que “Con el problema de los gaviones en Vargas, Corpovargas no sólo generó una duda en la población, sino que ahora, tratando de salvarse, pone en duda el conocimiento de valiosos profesionales nacionales... siendo que sus opiniones habían sido tomadas en cuenta en proyectos que Corpovargas dejó de lado”.
Aquí está el dedo en la llaga. Para Vargas, con la cooperación de las universidades nacionales, fueron diseñados planes de recuperación y desarrollo, abandonados, una vez que Genatios salió del cargo y se creó Corpovargas, a cuya cabeza han estado dos altos oficiales que han hecho de esa corporación un emblema de suprema incapacidad administrativa.
No se necesitan palabras. No hay sino que visitar Vargas para comprobarlo..
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QUIEN responde POR VARGAS
TEODORO PETKOFF - Edit. Tal Cual
Lo que para la mañana de ayer era el anuncio de un desastre, se fue concretando en el curso del día. Vargas, apenas cinco años después del deslave de 1999, nuevamente es víctima de un cataclismo natural. Pero esta vez no es posible culpar sólo a la naturaleza ni, por supuesto, a la desidia, irresponsabilidad e imprevisión de gobiernos anteriores, sino que es necesario exigir cuentas a quienes, durante cinco años, han tenido a su cargo la recuperación de esa franja costera y la planificación e impulso de su desarrollo en nuevas condiciones.
Hablamos fundamentalmente de Corpovargas, dirigida ahora por el general Alejandro Volta, y de la gobernación del Estado, en manos del mayor Antonio Rodríguez San Juan, quienes deben responder ante el país por la gigantesca ineptitud que ha permitido la repetición de una catástrofe, sí bien no de la misma y letal magnitud que la de 1999, sí muy destructiva y peligrosa.
Corpovargas debe explicar por cuáles razones dejó de lado todos los proyectos que en una dura labor de seis meses preparó la comisión multidisciplinaria convocada por la Autoridad Unica de Area del Estado Vargas (AUAEV) y que contó con la participación a fondo de los más calificados urbanistas del país.
El Instituto de Urbanismo de la UCV, la Maestría de Desarrollo Urbano de la Metropolitana y el Instituto de Estudios Regionales y Urbanos de la Simón Bolívar prestaron la más decidida colaboración.
¿Por qué Corpovargas descartó estos trabajos? El problema no esta sólo en lo que no se hizo en estos cinco años sino, peor aún, en lo que se hizo mal. Hoy el gerente general de Corpovargas (léase en la página 2) aduce que la institución no recibió recursos suficientes para los trabajos que debía efectuar.
¿Qué se hicieron los dineros de la ayuda internacional y los recursos presupuestarios que cada año se inyectan al ente? En todo caso, ya comienza el peloteo. Corpovargas acusa al gobierno central.
Pero Corpovargas tiene mucho que explicar.
No ha hecho otra cosa que administrar la recuperación vegetativa de la zona. Cuatro años, ¡cuatro años, carajo!, les tomó despejar y reasfaltar la carretera central y recuperar los servicios públicos esenciales. Apenas el año pasado la gobernación reacondicionó algunas playas. Y hasta ahí. ¡Cinco años para parir ese ratón! Todos los planes para recrear el Litoral como zona de identidad propia y vital para Caracas y el país, todos los planes de vivienda, turismo, ordenamiento territorial, red vial, nueva red de acueductos y cloacas, etc., etc., fueron descartados por Corpovargas. Pero lo peor, porque atañe a las obras hidráulicas para proteger a la zona de futuras inundaciones y avalanchas de lodo y piedras, fue el abandono y modificación de los proyectos para las 23 cuencas de las quebradas y ríos. Delegaciones de Japón, China, Austria, Francia, Italia, España, Noruega y Estados Unidos contribuyeron con la evaluación ambiental y participaron, junto a los especialistas venezolanos, en la preparación de proyectos de obras de protección de cuencas, ante flujos torrenciales. Todo esto fue modificado a partir de conceptos equivocados por Corpovargas. El debate conceptual ha sido zanjado por la naturaleza:
el colapso de las torrenteras (la de la quebrada de Mamo ni siquiera fue construida y hoy allí está una de las peores zonas de desastre) habla por sí solo.
Como lo advirtieron durante años tanto el propio Carlos Genatios, ex ministro de Ciencia y Tecnología y jefe de la AUAEV, institución que llevó a cabo los diseños que hoy recordamos, así como el diputado Pedro Castillo, todo se hizo de modo tal que una lluvia fuerte no podía dejar de producir la calamitosa situación actual. ¿Esto se va a quedar así? ¿Por esto no responde nadie?¿Nadie va pedir cuentas por esto? ¿Chávez no se siente obligado a explicarle al país cuál es su responsabilidad en la actuación de sus funcionarios? Después que terminen los trabajos de rescate y de recuperación esencial en Vargas es necesario abrir una investigación a fondo sobre lo actuado en esa infortunada región, donde la peor desgracia, por lo visto, no ha sido la de origen natural sino la presencia de gente incompetente al frente de los organismos encargados de protegerla.